Carrusel de Mon Fils
Esta es quizá la obra más entrañable de Chávez. Como todos los carruseles, tiene su origen en el profundo deseo del niño que por falta de recursos no pudo hacer realidad su sueño de subir a ese caballo blanco que giraba en una plaza de su pueblo y que tanto le fascinaba. El deseo frustrado se transformó en inspiración en 1997, casi al mismo tiempo del nacimiento de su último hijo, Amador, que un buen día balbuceó “Papá este es mío”.
Pero la frustración de Chávez tuvo otro desenlace. Y nos lo cuenta: “Fue en un viaje San Francisco que mirando el Museo de los Carruseles, me hice ampliamente dueño de un caballo blanco, el caballo anhelado de mi niñez. Era el año 2000 y después de ello no pude hacer más carruseles. Yo creo que cumplí el círculo y dije aquí nomás. Perdí las ganas de seguir girando en mi caballo”.
Lugar & Año: 1997
Técnica: Óleo sobre tela
Medidas: 1.30 x 1.30 m